La novela se situa temporalmente un poco antes de los sucesos de 1808 que se narran en el siguiente episodio, sirviendo éste para que conozcamos la situación aproximada de la corte y de los personajes que la conforman. Vemos como Godoy es despreciado por el pueblo de Madrid a pesar de sus buenas intenciones y hacer. Vemos a un rey Carlos IV más preocupado de la caza que del gobierno, eso debe ser algo común a los borbones pues incluso en la actualidad es así. Un rey que se sabe figura decorativa y no le importa. La reina ocupada con las intrigas y los cotilleos. Y conocemos al infame Fernando, que luego sería el VII, cuya vileza ya era conocida por las personas más apegadas a la corte pero que era muy apreciado por el pueblo. Probablemente veían en él alguien con más carácter que el padre, que igual podría devolver algo de la grandeza perdida a España. La historia nos demostraría otra cosa. Otro personaje histórico que se nombra de pasada es a Jovellanos, también denostado por parte del pueblo como Godoy. Ese pueblo inculto e injusto, con una visión muy sesgada de la realidad, no se si es equiparable a los tiempos actuales.
Pérez-Reverte siempre dice que España perdió en esta época la oportunidad de unirse a la ilustración, a la cultura, a la luz, para seguir en la sombra de los reyes y de las sotanas. Es difícil rebatirle visto lo que pasó en España durante casi 2 siglos después, pero quiza las formas que pretendían tanto franceses como afrancesados tampoco eran las mejores. En cualquier lugar es innegable que España pudo seguir el camino de Francia o Inglaterra y no lo hizo. Y así nos lució el pelo. Que bien hubieran venido unas guillotinas en ese Madrid de 1808.
Pero bueno que lo que me trae aquí es una novela no sólo el espacio histórico en el que se ubica. Es realmente admirable como el autor nos va contando parte de esa historia de forma sutil, incluyendo personajes y situaciones poco a poco. Además nos muestra un poco como funcionaban las compañias de teatro de la época, uno de los más importantes focos de cultura en ese siglo. La segunda mitad del libro, una vez situadas todas las piezas en el tablero, es vertiginosa. Como van cayendo una tras otras todas las mentiras, todos las situaciones de peligro, y vemos claramente la evolución y el crecimiento del personaje, Gabriel. En pocas páginas pasa de niño, de soñador, a hacerse mayor debido a la situación extrema en la que es puesto por la gente sin escrúpulos con la que tiene que tratar. También reconforta pensar que frente a los poderosos, mostrados sin honor, sin empatía, es un pobre huérfano el que se niega a rebajarse y a cometer actos que no considera justos por mantener su honor. Y, aunque se algo muy novelesco, tiene la oportunidad de pagarles con la misma moneda y salir airoso. Bueno pensándolo bien quizá el hecho de que sea una novela nos permite sacar algo positivo de la situación porque, como decía arriba, de los hechos históricos pocas cosas buenas se sacaron.
En resumen, muy buena continuación de la serie. Con menos acción que el anterior pero es admirable como en tan pocas páginas nos hace un esquema tan claro de la situación de España, más concretamente de Madrid y su corte, en esa época.
Para que sirva como breve muestra del talento del autor pongo una frase que al leerla me estremeció. Se refiere a la "Duquesa Amaranta": "Su hermosura era tan hechicera, tan abrumadora, su actitud tan orgullosamente noble, el imperio de sus miradas tan irresistible y despótico, que valía la pena de doblar por un momento la terrible hoja que yo había leído en el libro de su carácter misterioso.". Toda una "Milady de Winter" a la española, cuantas civilizaciones han caido gracias a las femme fatales XD. Aunque como dijo Eva Green, que ha interpretado a la némesis de D'Artagnan recientemente, para que una femme fatale tenga éxito hace falta un estúpido a su lado.




