Nos encontramos en un ecosistema que me recordó mucho a los "Diez negritos" de Agatha Christie, una isla en la que se ven aislados los protagonistas y en la que se cometen una serie de crímenes que, en este caso, no investiga un detective sino un actor que dió vida al mejor detective del mundo.
Precisamente ese hecho es lo más destacable de la novela, todo el metalenguaje cinematográfico, anéctdotas reales algunas, seguramente edulcoradas otras, que va desgranando el protagonista. También las múltiples referencias a las novelas de Holmes, citas, preámbulos de capitulos, así como referencias a otros autores del género. Un verdadero homenaje a la literatura de entretenimiento que a tantos millones de lectores atrajo y sigue atrayendo.
Me da la impresión de que Arturo disfrutó mucho escribiendo esta novela, y diría que le costó menos trabajo que otras porque conoce el género perfectamente y el terreno por el que se mueve. Me gustó especialmente como te va contando todo lo que va a pasar pero sin saber exáctamente cuándo ni cómo. Te dice que la novela problema es un engaño en el que el autor te engaña y el lector debe dejarse engañar por que si no es imposible no adivinar quien es el culpable, te dice que tras la verdad puede haber otra verdad subyacente..... y llega el último capítulo y te pilla en bragas.
Un verdadero disfrute de lectura, aunque se disfruta más si has leido a Conan Doyle y al resto de autores del género. El arranque me parece espectacular, todo el primer capítulo antes de llegar a la isla me parece totalmente autobiográfico de Arturo. Su interés por los restaurantes, las librerías, los camareros cómplices.... Todo lo que nos cuenta cada Domingo en sus artículos. No me cansaré de leerte nunca.
Además parece que para Setiembre llega "Misión en París" tras 14 años de silencio del capitán......Allí estaremos mientras podamos.


